Día del Padre

Es el día del padre y en estos momentos yo me siento bombardeada de información y mensajes que intentan ayudarnos a incluir y tratar de sanar lo masculino y la paternidad en nosotros.

Desde el comienzo de esta era, honrar la energia feminina empoderando a las mujeres está tomando fuerza. Cuestionando el sistema patriarcal, exponiendo la severidad de muchos actos atroces que ya no hacen sentido, lo cual es una gran manera de avanzar. Aún así creo que la balanza se ha ido al otro extremo en algunos casos, dejando masculinidades desprotegidas, en una guerra de extremos. De aquí que veo la importancia de comenzar a observar y permitirnos creer que podemos ser libres para elegir desde donde explorar y sobre todo ser.

Toda esta transición ha sido muy confusa para mí, ya que me gusta mirar a la humanidad como un global y desde ahí me ha sido mucho más fácil amar y comprender al otro sin tanto juicio. Pero no siempre es fácil y mucho menos cuando veo esta batalla eterna entre nosotros, ya sea la batalla hombres vs mujeres, mujeres vs mujeres, hombres vs hombres. Da lo mismo el tema, es increíble ver como un pensamiento, una razón subjetiva, nos puede llevar tanto al desacuerdo que podemos crear una guerra.

Pero volviendo al tema del Día del Padre, para mí es todo un tema en el que me he puesto a trabajar. Porque en verdad considero que es tan importante tener una relación sana con la figura paterna, como con mi padre y con lo masculino dentro de mí. Es clave en cómo me desarrollo con los demás, pero sobre todo con las figuras de autoridad y los hombres con los que interactúo en la vida.

Por muchos años me he pasado la vida juzgándome de una forma muy severa y cruel, por no querer aceptar que vengo y crecí con “Daddy Issues”, pero al final del día no se tiene que ser Freud para diagnosticarlo.

Creo que siempre es mucho más fácil salir al mundo pintándote como la gran heroína en este caso, que darte a conocer como la victima trágica, que tuvo una infancia difícil, es más esto último me daba terror y mucha vergüenza reconocerlo frente a los demás.

En estos días, algo está cambiando, luego de estos meses y gracias a la pandemia, he podido hacer una mejor valoración de mi ser. Comencé a darle espacio a todo lo que no quieres ver, que no quieres sentir, que no quieres recordar, todas estas emociones que son distracciones que de alguna manera logramos apagar por un tiempo. Acumulamos emociones, sentimientos negativos que ponemos en la obscuridad, creyendo que con el tiempo desaparecerán o se irán por sí solos.

Me ha tomado mucho tiempo comenzar a ver mis heridas que tengo con mi papá. Aún ahora que estoy escribiendo esto tengo que confesar que sigo en el proceso de sanar  para llegar a tener dentro de mí una sana y completa relación con él.

 El hecho de poder integrar en mi vida al hombre que me dio la vida, que ya por eso le estoy muy agradecida, me es de extrema importancia y necesidad. Pero aún tengo muchos juicios, reproches, rabia, rencor y mientras todo esto siga existiendo dentro de mí, más difícil me será verlo con los ojos del alma para poder perdonarlo y aceptarlo tal cual es, un humano más que hizo la representación de mi papá.

Creo que hoy me abro con mucha más facilidad a hablar de estos temas, por que de alguna manera siento que ya no son tabú. De hecho, dentro del proceso expansivo de esta era uno de los mensajes más importantes ha sido mirarnos a nosotros mismos, a nuestras heridas que traemos desde la infancia y comenzar a reparar con las herramientas que tenemos o que estamos aprendiendo a construir. Si podemos lograr esto, entonces podemos dejar de repetir patrones algunas veces bastante destructivos que nos retienen, y así ser más consientes y completos, para nosotros mismos y para el bien de toda la humanidad.

Me gusta ver este día del padre como una invitación a evaluar nuestra relación con el padre y con el masculino en nosotros.

¡¡También aprovecho para felicitar a todos los papás del mundo, a TODOS!! Los presentes, como los que no pueden estar aquí, los estrictos, los bondadosos, los que pagan y procuran el bienestar y el crecimiento de sus hijos y a los desobligados. Felicito también a esas mamás que también son papás y son extraordinarios ejemplos. Y por último felicito al hombre que me dio la vida, por las lecciones y por qué sé en lo profundo de mi ser que hiciste lo mejor que pudiste, donde sea que te encuentres te mando un gran beso.

¡¡Feliz día del padre!!

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