En días pasados celebramos “Día de Muertos” que es una tradición mexicana en la que se suele poner una ofrenda a nuestros difuntos. Un poco antes de esta celebración tuve mi primera pérdida considerable debido a la pandemia que estamos viviendo a nivel mundial. Un gran amigo y gran ser humano lleno de vida, no he conocido a alguien con más amor y pasión por la vida. Estuvo dando la batalla por casi un mes a este virus, un mes donde todos los que lo amamos estuvimos al pendiente de su estado, siempre enviando las mejores vibras que alguien como él había practicado a lo largo de su vida.
Conocí a Toño porque era el novio de una amiga y para aquellos tiempos alumna del estudio de pole en que yo impartía clases. Era un par sin igual, transformando y resignificando al amor. Vivieron amándose hasta el final, acompañándose en las buenas, pero sobre todo en las malas, respetando e incrementando la libertad de cada uno.Cuando Toño dejo de estar en este plano, su mujer, quien lo acompaño como siempre hasta el final, esa mujer de la que estoy orgullosa de conocer, una guerrera que no se rinde, fue la que me escribió para darme la noticia con un “Se me fue mi vida”. Mi corazón se estremeció de inmediato, me puse a llorar de forma irremediable. ¡Perder a alguien que amas causa tanto dolor! Y es curioso como en un abrir y cerrar de ojos, se vienen todos los recuerdos y vivencias que tuviste con esa persona, de pronto esos momentos y conversaciones toman un sentido de eternidad y créanme que me quedo con miles de frases célebres.
¡Vaya que sí! Toñito era un hombre de estatura mediana, hermosos ojos claros que te dejaban ver la profundidad de su ser y una enorme sonrisa contagiosa. Cantaba divino, y en lo celestial de su voz estaban siempre acordes de palabras perfectamente elegidas con las que siempre daban un sentido más profundo a una simple plática. No recuerdo algún momento o charla de la que no me haya quedado con algún pensamiento expansivo, más sabiduría, más amor y comprensión. Es curioso ya que siempre me decía lo mucho que me admiraba y me decía que éramos iguales, con nuestra forma de ver y sobre todo de disfrutar la vida.
Él siempre me decía que éramos iguales, que yo era él en versión mujer bonita. Creo que la comparación estaba con nuestros sueños y formas creativas de dirigirnos al mundo. Sin duda ninguno iba por dónde va el resto del mundo, sino que hemos sido atrevidos para probar y transformar nuestros caminos con amor. El incursiono y conquisto tantas metas como corazones. Por eso es que su corazón y persona debían permanecer en libertad para poder compartirse al mundo con mayor expansión. Su trabajo era volar, volar alto y lejos para después saltar al vacío, gritando, con una sonrisa. Completamente abasteciendo la vida con un golpe de adrenalina, bocanadas de aire y libertad. Siempre quise saltar con él, es más le decía que si saltaba lo haría desnuda. Creo que ya puedo tener algo de lo que arrepentirme al no darme el tiempo de hacerlo. En lo personal un apasionado a todo, a la cultura, arte, física, metafísica, el universo, las estrellas, los humanos y humanas, la salvia divinorum con el lema de “Salviemos al Mundo”, y hedonista de nacimiento. Amaba, lo que le permitía servir y ayudar a tantos. Padre amoroso, amante y fiel defensor de la mujer, amante y fiel defensor del sexo y honestamente de todo y cualquier placer del que los mortales se sienten culpables. Él ya había conquistado el camino de disfrutar todo lo que quisiera, como asombroso rey o mejor dicho maestro, enseñando a sus alumnos a ser libres para ser felices.
Así que hoy, me encuentro pensando como si yo fuera su discípula, retomando su última lección. Para los que nos quedamos aquí, claro que su partida la vivimos como una gran pérdida. Y la perdida puede traerte dolor y al mismo tiempo alegría. Alegría por haber coincidido con esa vida que ahora no está más con nosotros, pero su legado sea el de vivir.
Para mí la lección está en no sobrevivir, no ser un zombi o un alma penando. Está claro que necesitamos más humanos entre nosotros que te motiven a saltar una y mil veces a la vida, que en su caso fue literal. Necesitamos de luces que alumbren a las otras que estén en reparación y hasta algunas veces algo perdidas. A todos nos llegan situaciones donde queremos tirar la toalla, o las veces que sentimos estar rodeados de una masa enorme de oscuridad llena de incertidumbre, pereza, apatía, falta de esperanza o miedo, y es así como quizás nos podemos sentir en estos días con el virus alrededor de nosotros. Pero también está la enorme masa de luz, seguramente no podría estar escribiendo sobre esto, de no ser por lo que paradójicamente sucedió.
Lo que más resuena conmigo en todo esto fue mi último chat con Toño. El 9 de Julio me escribió para darme la noticia sobre alguien que conocíamos había fallecido, en tan solo tres semanas tras haberle detectado un cáncer. Lo que nos llevó a reflexionar sobre el valor de la vida y quiero citar textual lo que él me dijo “Te refuerza la idea de que hay que vivir porque no sabemos cuándo nos toca”. Voy atesorar sus últimas palabras, así como todo lo que me expreso desde su corazón. También le pregunte por la reciente viuda, a lo que él me respondió que estaba tranquila. Le dije que me gustaría contactarla, él con tanto gusto me dio su número. Y estas fueron las últimas palabras que intercambiamos.
Hoy esta conversación toma una fuerza mayor ya que cuando me escribió mi amiga “Se me fue mi vida”. Literal me devolvió a ese primer momento cuando escribí exactamente lo mismo al convertirme en viuda. Y mucho de lo que ven y verán en este blog hablara de ello constantemente. Porque es uno de los eventos que marcaron un antes y un después a mi vida. Sin duda uno no vuelve a ser el mismo. Pero si encuentras la fortaleza vuelves a vivir y amar hasta quizás con más intensidad que antes.
Pero hice un click, de cuando tuve mi experiencia al enviudar, tuve a mucha gente a mi alrededor intentando darme un consuelo, pero las únicas viudas que conocía no estaban siquiera cerca de mi edad. El hecho fue que rodearme de ellas me daba perspectiva y algún tipo de esperanza, aunque al mismo tiempo seguía sintiendo la distancia en la forma de ver y apreciar el amor y las relaciones. De quienes también me rodee fue de las personas que estaban solteras, que también estaban pasando su duelo al intentar superar su última relación y esto me ayudo a vivir esta etapa melancólica, donde indagas y profundizas en el dolor y la herida. En este último caso, si estaba más acompañada de gente de mi edad, pero no con el mismo problema, ya que la gran mayoría salía de relaciones codependientes o conflictivas, o les engañaron, o la situación había dejado una huella terrible, dejando expuesto su desconfianza en el amor.
Lo que quiero decir es que no es un camino fácil, por el contrario, hay muchas circunstancias como mis ejemplos antes mencionados, que no ayudan al proceso, ya que no encajas. O eso es lo que yo sentí por mucho tiempo. Me quede por un momento sintiendo que nadie podía ser mi espejo y realmente comprendiera todo lo que yo sentía. Por eso es que hoy siento un profundo llamado de ayudar a mi amiga, porque puedo entender su dolor y quizás ser el espejo que hubiera querido encontrar. Todo esto me inspira a formar un “Club de las Viud@s del LifeStyle”.
Mi relación como la de la primera viuda y hoy Barbie. Provienen del ambiente “Liberal”, por lo que nuestro concepto de relación, de amor, la unión que teníamos con nuestras respectivas parejas, eran lazos muy honestos y profundos. Por lo que encajar o comenzar a reparar sin tu compañero con el que has compartido un mundo único y especial. Insisto, lo hace muy solitario. Obvio el proceso del duelo es uno que irremediablemente no hará distinción de cualquier forma. Por ejemplo, yo odie por mucho la frase de que “el tiempo todo lo cura” ya que uno el tiempo es tan relativo y pasa tan lento cuando de dolor se habla. No importa a donde te muevas, vayas, huyas, corras, te escondas, intentes refugiarte, el dolor se vuelve tu más toxico guarda y custodio. Hasta que estés listo para sentarte y conversar, hasta limar toda aspereza con él. Pero al final todo esto toma su tiempo, literalmente… hay batallas muy personales a sanar y la ayuda que recibes claro que ayuda, pero nadie puede rescatarte más que tu misma.
Es ahí que “El club de las viud@s del LifeStyle” promete ser ese espacio de red de apoyo, que sea ese lugar sagrado para compartir, celebrar, llorar, hablar, reír, recordar una y mil veces y otras mil más de ser posibles y necesarias. Porque esto será necesario para sanar, para perder el miedo a sentir el dolor, porque, aunque pase el tiempo y pueda que ya estés encaminada en otras cosas, van a venir días especiales, o solamente ese día que te sientes como si comenzaras desde ceros y vendrán esos días que dejara de ser cómodo recurrir a las mismas personas para seguir llorando por el mismo tema. Nos necesitamos los unos a los otros muchas veces para inspirarnos y movernos. Muchas otras veces para volver a sentirnos vivos. Y siempre hay cosas que nos pongan en igualdad y empatía.
Esto es en honor y dedicación a mi amado y gran amigo Antonio Montaño Osnaya “Toñito”, por motivarme a servir con su ejemplo de amor y para ti “Barbie” porque desde donde estén nos seguirán amando, cuidando y sobre todo inspirando.
